viernes, 25 de abril de 2014

Algunas reflexiones sobre cómo remover el rol de víctima con la Justicia Restaurativa

Ayer hablaba de la importancia de intentar remover el estigma de ser infractor en las personas que han cometido un delito, por eso la Justicia Restaurativa les da una oportunidad de poder recuperar su dignidad y su posición como miembro de la comunidad, si hacen las cosas bien, asumen lo que han hecho y se comprometen a reparar el daño, el sistema y la justicia restaurativa les va a dar una segunda oportunidad ( ojalá esto pudiera ser para todos los infractores pero desgraciadamente no podremos llegar a todos aunque con que unos pocos asuman lo que han hecho y se comprometan, todos habremos ganado mucho). Pero sin duda, tanto o más importante es intentar que la etiqueta de ser víctima, pueda ser removida por las personas que se vieron afectadas por el crimen o más bien transformada, somos conscientes que quién ha sufrido un delito muy grave tiene complicado su camino hacia la curación. Siempre  hablamos de que deben recuperar el control de su vida, dominado no ya por el delincuente, sino más bien por el delito sufrido, pero también es cierto que se puede superar. No olvidar ni tampoco restaurar a la víctima a  una situación anterior al delito, lo cual implicaría ponerla en el punto de partida de volver a estar en riesgo de sufrir el delito, ponerla de nuevo en una situación vulnerable. Todo esto es complicado especialmente si hablamos de delitos muy graves con resultado de muerte, lo que la Justicia Restaurativa, los encuentros restaurativos y en general la justicia penal con enfoque restaurativo puede hacer por las víctimas es transformar lo acontecido en su vida, canalizar el sufrimiento y el daño, en algo más positivo que la pueda ayudar a incorporar lo sufrido como un pasaje más de su vida. Precisamente remover el estigma de ser víctima, implica que se sientan dignas de respeto y consideración y sobre todo que puedan dejar de sentirse y llamarse a si mismas víctimas. Muchas personas cuentan que solo en el momento en que dejan de sentirse víctimas pueden recuperar parte de su vida cotidiana. Se trata de pasar de víctimas a supervivientes.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes,
    Lo más importante para una víctima es recuperar la sensación de seguridad. Todo depende de la gravedad del delito, de sus recursos internos (autoestima, pensamiento positivo, afán de superación) y de sus recursos externos (apoyo social). Además, el daño emocional es más grave cuando el agresor pertenece al círculo íntimo de la víctima.

    Uno de los problemas más graves de las víctimas es que, como consecuencia de las secuelas físicas y psicológicas del delito, tienen mayor riesgo de ser victimizadas de nuevo, sobre todo en los casos de aislamiento social y de que el agresor esté en su entorno.

    En mi opinión, para abandonar el rol de víctima es necesario, por un lado, una intervención psicológica adecuada y, por otro, que aprenda la víctima a defenderse físicamente. Un entrenamiento regular de técnicas de defensa personal dota a la víctima de herramientas para poder defenderse en caso de ataque, de agilidad para salir corriendo y de una musculatura fuerte para resistir una agresión.

    Saludos

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    1. efectivamente el sentimiento de seguridad es lo más importante para las víctimas y no solo el suyo propio sino también sentir que nadie más va a pasar por lo que ellas han pasado...acertadas tus palabras un abrazo Paloma

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