miércoles, 25 de junio de 2014

Para la Justicia Restaurativa todos estamos interconectados y el delito pone en peligro el equilibrio

Me gustaría recordar, tras haber hablado estos días sobre cómo la Justicia Restaurativa favorece la prevención del delito y la reparación material y moral del daño, qué pilares son básicos para esta justicia, partiendo de la realidad y es que no es algo nuevo sino que está enraizada en las culturas y tradiciones de cada pueblo. Así, para muchos Ubuntu, Whakappa, Hozho, Shalom...son palabras relacionadas con Justicia Restaurativa como prácticas ascentrales y comunitarias. Todas significan cosas diferentes pero con algo en común, todos nosotros estamos interconectados, en una especie de engranaje que nos hace mantener el equilibrio. Cuando este equilibrio se desvanece, por ejemplo, cuando se causa un daño, tras el delito, surge miedo, desconfianza e inseguridad, y para la curación de todos los afectados: la comunidad en general,  incluidos sus miembros individuales (víctima e infractor);  la Justicia Restaurativa se revela como una justicia más humana, alejada de rituales rígidos y adaptada a la realidad de las personas afectadas. De aquí, surgen unos pilares básicos :

Daños y necesidades; el delito es un daño y esta Justicia se preocupa por las víctimas y sus necesidades incluso aunque el infractor no esté identificado o no haya sido capturado. Por eso Justicia Restaurativa es mucho más que encuentros víctima, infractor y/o comunidad

Obligación de hacer las cosas bien; así la Justicia Restaurativa se reafirma en la rendición de cuentas del infractor, para el sistema tradicional, esto no es sino asegurarse que será castigado, para la Justicia restaurativa implica que el delincuente entienda que el daño es consecuencia de su comportamiento

Implicación de todos los afectados; esta Justicia Restaurativa parte de algo esencial es inclusiva y requiere la participación de los que de alguna manera han sido "tocados" por el delito.

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