miércoles, 10 de septiembre de 2014

¿El delito es un conflicto?

Los códigos penales suelen definir el delito como acción u omisión dolosa penada por la ley. El delito es según esto, un comportamiento que ya sea por voluntad propia o por imprudencia, resulta contrario a la ley. 
Llegados a este punto me pregunto, si solo las conductas tipificadas en las leyes son delito, y si todas las que están dentro de la ley siguen siendo conductas delictivas, esto es una reflexión importante por cuanto la realidad social y cultural, suele avanzar más rápido que la actuación legislativa y lo que en un tiempo pudo ser considerado delito, puede no serlo en la actualidad y viceversa. 
Por otro lado, el conflicto produce un enfrentamiento, pelea, lucha o discusión donde una de las partes intervinientes intenta imponerse a la otra. 
Algunos lo definen como una situación en que dos o más individuos con intereses contrapuestos, entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas con el objetivo de neutralizar, dañar o eliminar a la parte rival.
Tras esta definición de conflicto puede llegarse a una primera conclusión, de que el delito puede tener algo de conflicto, por cuanto generalmente dos personas han entrado en confrontación por el daño ocasionado por el delito. Sin embargo y pensando siempre en las víctimas, éstas son las únicas similitudes, ya que en el delito (me refiero al delito más grave, sobre todo) el enfrentamiento no es porque haya intereses contrapuestos, tampoco es porque ambas partes hayan contribuido de forma voluntaria y en mayor o menor medida a generar el conflicto (hecho delictivo).

En el delito, esta confrontación es porque una parte ha causado un daño a otra u otras personas y las ha convertido en víctimas y por supuesto, en ningún caso las víctimas han contribuido o tenido parte de culpa en la comisión del delito o en haberlo sufrido. Dicho esto, el delito genera conflictos, por supuesto que si, su impacto genera problemas alrededor de los que lo sufren en primera persona (víctima e infractor) pero también origina problemas en la comunidad, y estos son consecuencia de la pérdida de confianza, seguridad y la perdida de dos de sus miembros, lo que contribuye a resquebrajar los lazos sociales. Por eso, la Justicia Restaurativa, es una forma más humana y justa de hacer justicia, que trata de hacer lo correcto, no limitándose a castigar el hecho delictivo sino reparando a la víctima e intentando mitigar el impacto que el delito ha tenido en la sociedad en general y en cada uno de sus miembros en particular, procurando la reintegración o reconexión  de sus miembros de nuevo en ella.


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