martes, 26 de julio de 2016

Algunas reflexiones sobre el perdón, la retribución y la venganza

Estos días, he estado leyendo a Howard Zehr y autores que él recomienda, en torno a la venganza, la retribución y el perdón. Todo esto es algo inherente al ser humano, como personas que somos experimentamos emociones y tenemos sentimientos, máxime cuando sufrimos un daño. La retribución trata de ser una medida proporcional, la respuesta es un esfuerzo - aunque lejos de ser ideal - para proporcionar un comunidad o grupo social más pacífico.(ya que se cree que es menos probable que una persona vuelva a cometer un delito porque sabe que existirá un castigo)  y de hecho ,  hay menos posibilidades de que queramos tomar la justicia en nuestras manos, cuando sabemos que algún tipo de justicia se hará, cuando se restaurará el equilibrio y honor, precisamente a través de esta justicia retributiva.  
¿Qué nos dice esto acerca de la justicia? Parece que cuando se produce un daño,  necesitamos una respuesta que reconozca que el daño se ha producido y de alguna manera se va a equilibrar,  el desequilibrio que se ha producido. Para ser equilibrado, sin embargo, parece esencial que la obligación resultante debe producir un daño para los delincuentes. Al menos en una mentalidad, punitiva es lo que se cree.
McCullough argumenta que estamos acostumbrados a calificar  los sentimientos de venganza como malos y el perdón como bueno (algo que debemos tener en cuenta los facilitadores de justicia restaurativa, ya que no hay víctimas malas porque tengan deseos de venganza, al contrario, todos somos seres humanos y estos sentimientos son normales); lo peor es que  pedimos a la gente a ir en contra de sus tendencias vengativas y perdonar. Sin embargo, si bien es cierto que la venganza y el perdón están arraigados en nuestra cultura es poco probable que funcione, por sí solo. Siempre pongo el ejemplo de dos niños pequeños, cuando la profesora dice pediros perdón, y ambos lo hacen “obligados” por las circunstancias pero sin realmente sentirlo… Más bien, dice este autor,  tenemos que crear un contexto que aliente  el perdón y la venganza sea  innecesaria o indeseable. Este contexto, puede ser sin ninguna duda, los procesos restaurativos, al menos para muchas víctimas puede ser una fórmula donde conseguir justicia y  sentir que pueden sanar tras el delito. Y para mí ,  esto es a lo que se refiere McCullough cuando dice que “se debe fomentar la seguridad y la justicia que satisfagan las necesidades de la gente y les pueda ayudar a crear un ambiente donde se rechaza la venganza y alguna medida de perdón puede ser posible. Desafortunadamente, el sistema de justicia penal no favorece esto”. El perdón puede ser enormemente curativo. Pero es un  proceso, no es un estado, y debe ser elegido en lugar de impuesto. Y es mucho más fácil elegir este camino, cuando nuestras necesidades - se cumplen - incluyendo nuestras necesidades de reivindicación. Claramente, las víctimas muchas veces parecen punitivas porque la justicia tradicional no las deja otras opciones para sentir que se ha hecho justicia. Sin embargo, la  Justicia Restaurativa trata sobre las necesidades, asumir  las obligaciones, dando participación a los afectados en el proceso y en el resultado que se quiere alcanzar.
Tomar venganza es una forma de liberarse de los sentimientos de ira y el deshonor aunque suele acarrear un círculo de violencia, sin fin. Los tribunales de justicia son un intento de poner fin a estos deseos de venganza, a pesar de que a menudo dejan un sabor amargo. El perdón es otra cosa. Yo añadiría procesos de justicia restaurativa como otra opción y esto puede o no puede implicar el perdón como tal. ¿Qué significa todo esto para la justicia restaurativa? En primer lugar, significa que tenemos que tomar en serio la necesidad de que los que han sido dañados , necesitan ser vindicados - por el mal para ser reconocidos, el honor restaurado, y los esfuerzos para compensar el daño deben ser hechos por el que los ocasionó para así pacificar la situación, es una forma de reequilibrar más justa.
A veces - a menudo - la dinámica de la disculpa y el perdón tienen lugar durante el proceso restaurativo pero veo esto como un posible subproducto de un proceso diseñado en primer lugar para satisfacer las necesidades de todos los involucrados. Es como si dijéramos un beneficio añadido, de los procesos restaurativos.

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