viernes, 28 de julio de 2017

La Justicia Restaurativa ofrece una "oportunidad " para sanar y hacer lo correcto

Hoy me gustaría hablar de oportunidades o más bien de segundas oportunidades, y también de por qué no, terceras o cuartas....Me explico:  hay un dicho que dice "errar es de humanos y rectificar de sabios", esto nos está diciendo que los seres humanos nos podemos equivocar, fallar, cometer errores. A veces estos fallos dañan a otra persona o la sociedad como cuando se comete un delito. 
La Justicia Restaurativa, a diferencia de la actual retributiva, lo que le dice al infractor es que ha hecho algo mal, y que fue su culpa pero sin embargo, sin quiere cambiar, va a tener una oportunidad y se le va a ayudar. Con esta Justicia Restaurativa, no se estigmatiza al delincuente de por vida, no le hacemos llevar la etiqueta de infractor de forma permanente, al contrario le decimos, que si hace las cosas bien, asume su responsabilidad y su deber de compensar el daño que ocasionó, el sistema, la sociedad en su conjunto e incluso sus allegados lo van a apoyar y va a ser mirado no como el infractor que fue, sino como la persona nueva que será....La Justicia Restaurativa ofrece al infractor una oportunidad de transformación y de reencuentro con su humanidad. Aunque es cierto, que en ocasiones, por sentimientos contradictorios como la vergüenza, el delincuente no acertará a ver esta oportunidad, por eso la labor de los profesionales de la justicia restaurativa es mostrarle y hacerle ver esta oportunidad y que no la pierda, porque no supo verla.

De la misma manera, la Justicia Restaurativa ofrece a la víctima una oportunidad para encontrar el camino hacia la curación del trauma de haber sufrido el delito, o al menos a la transformación del dolor y de los sentimientos negativos, en otros más positivos y constructivos que la hagan llevar el duelo con dignidad, y sintiéndose respetadas. También se debe intentar tener paciencia ( no valen rígidos plazos) para que la víctima puede decidir si quiere aprovechar la oportunidad que la justicia restaurativa la ofrece o no.
Y para acabar quiero contaros una historia de oportunidades que tomé prestada del muro de Irene Villa y que, supone la imagen misma de cómo se pueden aprovechar segundas oportunidades:

LA PIEDRA DE TOQUE

Cuando la gran biblioteca de Alejandría se quemó, dice la leyenda, que un libro se salvó. Pero no era un libro valioso; así que un hombre pobre que podía leer un poco, lo compró por unos cuantos centavos.
El libro no era... muy interesante, pero entre sus páginas había algo de veras interesante. ¡Era una delgada lámina de pergamino sobre el cual estaba escrito el secreto de la “piedra de toque”!
La piedra de toque era una piedrecilla que podía convertir cualquier metal común en oro puro. La escritura explicaba que yacía entre miles y miles de otras piedrecillas que se veían igual que ella. Pero el secreto era este: la piedra genuina estaría cálida, mientras que las demás están frías. Solo había que buscarla.
Así que el hombre vendió sus pocas pertenencias, compró algunos suministros básicos, acampó en la playa y comenzó a probar las piedrecillas.
Él sabía que si recogía piedras ordinarias y las tiraba de nuevo por estar frías, podría recoger la misma piedrecilla cientos de veces. Así que cuando sentía que una estaba fría, la tiraba al mar. Invirtió un día completo haciendo esto, pero ninguna de ellas resultó ser la piedra del toque. Sin embargo él continuó haciéndolo. Recogía una piedrecilla. Fría: la tiraba al mar. Recogía otra. La tiraba al mar.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Un día, sin embargo, después del mediodía, recogió una piedrecilla y esta estaba caliente. La tiró al mar antes de darse cuenta de lo que hacía. Había desarrollado un hábito tan fuerte de tirar cada piedrecilla al mar que cuando encontró la que buscaba, la tiró cuando se percató que la última está caliente ya era muy tarde...
Así pasa con la oportunidad. A menos que estemos atentos, es fácil fallar en reconocer una oportunidad cuando se nos presenta y es igual de fácil echarla por la borda.
La Justicia Restaurativa ofrece una oportunidad clara a víctima e infractor para sanar, y la labor del facilitador es transmitirles con toda claridad lo que supone esta Justicia y lo que les puede ayudar.

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