viernes, 8 de septiembre de 2017

Debemos evitar "disfrazar" la Justicia Tradicional de Justicia Restaurativa

Para mí,  la Justicia Restaurativa, igual que opina Howard Zehr, surgió para cubrir los vacíos legales, es decir, para mejorar la Justicia Tradicional e incidir en aquellos aspectos en los que hora mismo no funciona como debería, estos aspectos son básicamente los siguientes:

Las víctimas están fuera del sistema penal. Para la actual justicia retributiva importa más que se ha vulnerado la norma creada por el estado, que el hecho en sí mismo de que se ha causado daños a una persona. 

El sistema penal tradicional en muy rara ocasión fomenta la responsabilidad del infractor y si lo hace, suele ser por conseguir beneficios jurídicos. Para el sistema penal no importa si se es o no culpable, el abogado probablemente le dirá que no confiese salvo por conseguir algún beneficio, la justicia de por si le dice que tiene un serie de derechos que indirectamente le están dando pie para que nunca reconozca los hechos. No hay espacio para la asunción de responsabilidad de forma voluntaria y por la necesidad de hacer lo correcto.

Todo es gestionado por profesionales, el sistema no da cabida o entrada a las víctimas pero tampoco a la comunidad. 


Debido a estos factores y muchos otros, la Justicia Restaurativa y sus herramientas como la mediación penal o mejor llamarla reunión víctima-infractor, se revelan no como la panacea, pero si como un complemento que va a servir para mejorar la justicia, haciéndola aunque suene paradójico, más justa, más humana y sobre todo más cercana a las verdaderas necesidades de las víctimas.

Sin embargo, en estos momentos, estamos corriendo el riesgo de convertirla en más de lo mismo, aprecio que aunque esta justicia surgió para renovar la actual; demasiado burocrática y fría, muchos de los que trabajan en la justicia tradicional quieren llevársela a su terreno, lo cual "retributizaría" esta justicia y acabaría siendo una prolongación de la actual, con sus mismos fallos y su misma falta de humanidad.

Siempre he pensado que es esencial que los jueces, fiscales, secretarios judiciales y en general todos los que son parte de la justicia actual retributiva, conozcan esta justicia, y sus diferentes formas de aplicarla como la mediación penal, sin embargo, empiezo a pensar que ellos quieren ser los mismos que la apliquen. No quiero pensar que un juez, un secretario u otro funcionario quieran también incluir entre sus funciones el ser mediador o facilitador penal, pero empiezo a ver que hay ciertos intentos de conseguirlo. Sería una pena porque necesitamos al profesional de la justicia restaurativa, a un mediador o facilitador con dedicación exclusiva a los procesos restaurativos, que se sepa adaptar a cada caso y sus circunstancias. No en vano, la directiva europea de 2012 habla de servicios de justicia restaurativa, no habla de funcionarios, jueces o secretarios por ejemplo, prestando este servicio cuando sus otras funciones se lo permitan. Lo mismo ocurrirá si llenamos de protocolos rígidos y tasados los procesos restaurativos como algunos que ya se han hecho por los operadores jurídicos ¿si burocratizamos algo que por naturaleza debe ser flexible, para qué apostar por la Justicia Restaurativa?, pues obviamente para eso, ya tenemos la Justicia Tradicional. La Justicia Restaurativa puede ser un complemento importante para la Justicia Penal pero se necesita conocer sus objetivos y sus características y sobre todo se necesitan profesionales que sean eso, exclusivamente facilitadores de procesos restaurativos, no olvidemos que tratamos con personas que han sufrido un delito y necesitan personas que les puedan atender en cualquier momento, no cuando sus otras funciones se lo permitan y que tengan claro qué es esta Justicia, para no correr el riesgo de que la perviertan. En todo caso, apostaría por una Justicia Penal con enfoque restaurativo pero nunca hacer lo que muchos quieren hacer, disfrazar la Justicia Penal Tradicional de restaurativa.

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