miércoles, 18 de abril de 2018

Más que perdón, es importante un diálogo profundo sobre cómo el delito impactó en sus vidas

Mucho he hablado del perdón y la justicia restaurativa, ya que frecuentemente ambos conceptos se suelen relacionar, como si el objetivo esencial fuera el pedir perdón y perdonar. Perdonar nunca puede concebirse como objetivo primordial de esta justicia, esto puede darse o no pero depende de cada participante. De hecho, en muchas ocasiones se ha hecho un mal uso de esta justicia, precisamente porque se ha volcado todo el énfasis de esta justicia en los encuentros y en que el infractor pida perdón, a algunos infractores esto les puede resultar sencillo: " pido perdón y ya" pero la esencia de la Justicia Restaurativa no es esta, es que el infractor asuma y se de cuenta del daño causado, se responsabilice, esto si constituye uno de los ejes centrales de esta Justicia. Porque para la víctima es más importante que el infractor se responsabilice de este acto, demostrará que se hace por un motivo sincero y no tanto por conseguir algún posible beneficio. ¿Un infractor puede pedir perdón, sin antes conocer el impacto del delito y como un ser humano se vio afectado? Complicado sobre todo si entendemos el perdón como habitualmente.

Y es que aunque el perdón puede ser liberador y positivo para la víctima, conozco algunas que no han perdonado a su infractor, a pesar del proceso restaurativo y otras que si, y es que además a priori, no se es peor persona sino se pide perdón o sino se quiere perdonar ¿Por qué? Porque en relación al infractor es peor pedir perdón, sin sentirlo realmente o sin estar preparado, y en cuanto a la víctima, no se es mala persona sino se está preparada para perdonar. El perdón es un acto personal que depende de cada ser humano.

La justicia restaurativa ofrece un espacio para el diálogo más profundo y significativo, en el que el infractor podrá conocer el impacto que su acción delictiva causó en otro ser humano. Esta experiencia individualizada que ofrece esta Justicia,  hace que el infractor pueda ver en primera persona y de voz de la víctima, en qué medida su delito la ocasionó graves daños. Esto sin duda, si, puede originar en el infractor, una sincera petición de disculpas. Pero un perdón a priori, puede resultar difícil de creer sobre todo porque ¿Cómo se puede realmente pedir disculpas cuando ni siquiera sabes toda la historia de cómo le impactó a alguien?.

Los procesos restaurativos se centran en la rendición de cuentas y el reconocimiento, las disculpas seguramente vendrá después, por la propia inercia transformadora y humanizadora del proceso.

Los infractores pondrán voz, rostro y figura humana al daño y esto sin duda es algo que ayuda mucho más a la responsabilización y a querer hacer las cosas bien desde ese momento en adelante.Por eso,el perdón y perdonar,  puede y de hecho frecuentemente durante el proceso restaurativo,  suele darse pero no es el objetivo central. Estoy hablando de perdón, como el hecho de decir lo siento, que es como la mayoría de nosotros entendemos el hecho de pedir disculpas, sin embargo, en alguna otra ocasión he comentado que pedir perdón desde un punto de vista restaurativo implica tres aspectos esenciales:

lo siento
fue mi culpa
voy a hacer todo lo posible para reparar o mitigar el daño

Estos dos últimos elementos coinciden con dos aspectos fundamentales de la filosofía de la justicia restaurativa, el reparar el daño ( intentar hacer las cosas bien) , y la asunción de responsabilidad. Por eso, pedir perdón después de un proceso restaurativo es más importante y sanador

No hay comentarios:

Publicar un comentario